viernes, 12 de junio de 2009

De volverle a ver...


Pasaba de la 1 pm yo quería verle y se lo había prometido, le marque proxima a llegar a su casa, mi corazón latía de prisa, la emoción de verle después de mas de un año, toque el timbre y salio usted con la mejor de sus sonrisas, la bese, me abrazo, me invito a pasar, me encontraba toda sudada por el horroroso calor que hacia, salude a su mamá y uno de sus hermanos, nos sentamos con un vasito de agua, el sudor me escurria por la frente y una amenaza de gripe hacia que me sonara frecuentemente la nariz, me tomo la pierna y yo sujete su mano a ella, es tan grato sentir el tacto de quien se ama, de quien ha pasado tantos años con uno, de ver y sentir que la distancia y mi ausencia no menguaron el afecto, hablamos de todo y de nada en concreto, me enntrego la invitación y el tiempo volo, yo debía marcharme, tenía tanto que hacer, más acordamos vernos al siguiente día para desayunar... Me fuí y senti de nueva cuenta sus labios sobre los míos, salí feliz de su casa...

Al otro día me levante más temprano de lo acostumbrado, llegue a su casa cuarto a las 9, más fresca, más relajada y feliz de volver a verle, tomamos café, desayunamos en compañia de sus hermanos y de su mamá, a quien por cierto me place mucho ver animosa, y hablamos de nueva cuenta de mucho y de nada, nos reimos, vaya si nos reimos, nos carcajeamos, aunque estabamos en compañia de sus familiares la sensación de paz me dejo una gran sonrisa en el rostro, gracias por continuar en mi vida y permitir que yo continue en la suya, esperemos que los desayunos sean una nueva costumbre en nuestras vidas...

Me abandonaré a la lluvia que se derrama sobre nosotras,
dejaré que se apodere de cualquier recuerdo desalmado,
que borre por fin, todos los caminos que nos separan,
y que trace con gotas cristalinas la distancia ínfima que nos acerca.

Cambiaremos los suplicios por tormentas salvajes,
que nos devolverán a un tiempo añorado, salpicado de deseos,
donde su boca seguirá dandome las más bellas palabras
y sus manos se aferrarán a mi para no soltarme jamás.

Me adormeceré en la quietud de sus susurros,
y me moriré de risa con las tautologías
permitiremos que sea el agua que nos funda nuevamente,
que acaricie mi espalda mientras me abrazo a un mañana,
que sólo lleva su esencia…

La amo Chascona...

1 comentario:

epa_analepsis dijo...

Es muy gratto despertar escuchando su voz, y mas aun desayunar junto a usted, igual la pienso mucho mas de lo que se imagina