miércoles, 3 de julio de 2013

Del temor natural a olvidar...


La memoria puede ser un don y quizá la mayoría de las veces la memoria puede ser una maldición. Cualquiera de las dos perspectivas es correcta y hay igual cantidad de argumentos para validar una y otra. Depende de lo que se quiera recordar. Depende de lo que se quiera olvidar. Sea como sea allí están los recuerdos, las escenas, los datos, los nombres, las fechas, los acontecimientos, las lágrimas y las risas… Ahí está nuestro rostro, que nos mira desde un tiempo diferente, con ojos que son los nuestros aunque ya no nos pertenezcan; el pálpito irrevocable del pasado.
 
A que viene esto...
Por aquello de que en mi familia se han presentado 2 casos de al Alzheimer prematuro puesto que las parientas en cuestión una tiene 40 años y la otra 44, por ese pequeño incidente y tomando en cuenta que una de las cosas que más me atemoriza es la demencia o el olvido y esa cuestión genética hace que mi mayor temor se pudiese hacer realidad… mierda!!! Hace algún tiempo antes de saber que en mi familia se estaban volviendo olvidadizos llegue a comentar que no me gustaría llegar a vieja y mucho menos perder la memoria o padecer Alzheimer, porque llegado el momento de pretender matarme pues se me olvidaría, por lo mismo ando paranoica no quiero olvidar y  he estado haciendo ejercicios para la memoria. Escribo cinco palabras antes de acostarme a dormir y procuro recordarlas luego de la noche de sueño. El truco está en dejar la mente vagar sin ton ni son hasta alcanzar un punto en el que aparece la primera palabra fuera de contexto. Entonces se escribe esa y mientras se trazan las letras se piensa la siguiente; es sorprendente la facilidad con la que las cuatro restantes se enganchan. Lamentablemente conmigo no funciona dicho ejercicio… jajaja

La mañana siguiente no recuerdo más que dos de las cinco ese es mi record, hay veces en que no recuerdo ninguna y eso me sienta fatal, sobre todo porque me dice mi medico que trabajar de noche no me ayuda mucho No me siento particularmente orgullosa de ello, en realidad porque no tengo manera de saber si eso es recordar muchas o recordar pocas. Tampoco importa, en realidad; se trata sólo de un juego contra mí. Un ajedrez en el que juego con negras y blancas y procuro no perder. Aunque tampoco gano… lo del ajedrez suena bien más en realidad nunca aprendí a jugarlo bien jaja
y de pronto me ataca una sensación de no preocuparme por lo que olvido quizá no sea tan malo y pienso en Funes, el memorioso; ese personaje de Borges que todo lo recuerda. Me apiado mucho de él. Debe ser horrible no poder olvidar nada. Hay cosas que uno no quiere recordar, lo terrible, lo realmente terrible, uno quisiera olvidarlo. El olor de quien ya no está, el olor a sal de las lágrimas en abundancia, algunos nombres, algunas bocas, algunos pasajes de mi vida  quisiera borrarlos, quizás ingenuamente, después de todo eso también me  forjó. Eso no debería olvidarlo jamás, que estoy aquí, que tengo todo el mundo por delante, que ha habido muchos que no lo lograron, que hya tantas cosas al alcance de mi mano, solo escuestión de estirar un poco el brazo, eso intento tenerlo presente todo el tiempo, me gusta tener buena memoria. Hay cosas que me gusta recordar a la perfección: un concierto de campanas, una cena, una tarde mirando el mediterráneo, un beso a 3, el final de cierto libro... Y sobre todo, la sonrisa de mi hermosa sabina, sus ojos grandes y su cálida voz...
Supongo que dejare a un lado los ejercicios con las palabras, me dedicaré a vivir para escibir y recordar llegado el momento a través de lo escrito...
Mi recuerdo más reciente aún dormida  buscando su cuerpo tibio junto al mío un amanecer entre tu oscura piel...  luego de que anoche casi cayéramos desmayados después de hacer el amor.

Me acuerdo. Sonrío…