miércoles, 29 de agosto de 2012

del amor y los sentidos... "Perfect Sense"

Hay oscuridad. Hay luz. Hay hombres y mujeres. Hay comida. Hay restaurantes. Enfermedades. Hay empleos. Tráfico. Los días como los conocemos. El mundo como lo imaginamos y como lo vivimos...
-¿Por qué hablo con este hombre?
-Tuvimos siete casos más en Aberdeen. Cinco en Dundee. Once en Glasgow, dieciocho en Edimburgo. Cerca de cien casos reportados en Inglaterra...
Similares en Francia, Bélgica, Italia, España. Todos en las últimas 24 horas.
-¿Cómo se infectaron?
-No lo hicieron.
-Tal vez se quite solo.
-Así que estamos en pánico.

-Nada nos dice que sea un virus. Nada encaja con lo que sabemos.
-Pero es justo decir que es contagioso.
-Es justo decir que se está esparciendo.
 
Primero una inmensa nostalgia, por lo perdido, lagrimas caen sobre los rostros que recuerdan a un gran amor, lo que no dijeron, lo que no escucharon, una gran desolación porque no tuvimos o por lo que no tuvieron o nunca tendran... y después perdida total del olfato...
Lo llaman “Síndrome Olfativo Severo”. SOS.
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-¿Qué haces? Cuando no comes.
-Muerte y miseria.
-¿Qué?
-Soy epidemióloga.

La vida sigue. La comida se vuelve más condimentada.

Sin el olor, un océano de imágenes desaparece. Recordamos con la nariz...

-¿Qué hacemos ahora?
-Ahora puedes invitarme a tu casa.
-¿Y si no quiero?
-Puedes simplemente ir a casa y yo te seguiré.

Debí haber recordado mejor tu olor la primera vez que estuvimos aquí.

Expertos ambientalistas hablan de un Apocalipsis ecológico causado por la contaminación y la alteración genética de plantas y hormonas. La inteligencia habla de un ataque al mundo libre apuntando a los fundamentalistas. Los fundamentalistas hablan del castigo de Dios, en un mundo de no creyentes. Y prometen que los hombres puros de la fe correcta recuperarán el olfato en los últimos días. Otros dicen que el decadente capitalismo liberó un virus militar para estimular la economía. Y hay otras teorías.
Primero el pánico. El terror a la soledad, a morir...Y luego un momento de hambre. Así desapareció el sentido del gusto de nuestro mundo.

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-¿Crees que perderemos los otros sentidos también?
-Olfato y gusto están conectados. Son sentidos químicos.
-¿Así que los otros estarán bien?
-Puede ser.
-Habrá que esperar a ver.
-Así es, marinero.
-¿Y qué pasa si te equivocas?
-Estaremos jodidos.

La vida continúa. Regresarán. La gente está invitando a cenar de nuevo.

No sólo hay un cuidado especial a las recetas, también consistencia en la temperatura de las tres comidas. Y lo probé todo. Desde lo frío y congelado a lo más caliente. Era seco, húmedo, crujiente, esponjoso, era todo del más alto nivel, incluyendo el postre. Un pudín con nueces caramelizadas y un brillante sorbete de naranja y un postre oscuro con arándanos y moras.

Ahora podemos entrar en pánico.
Ira. Furia. Odio. Y luego, la pérdida de otro sentido.Total ausencia de sonido... Y lo único que los no afectados pueden hacer, es esperar.
¿Está sordo? Quédese en casa. Es el lugar más seguro. Mantenga su televisión encendida. Lo mantendremos informado.
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La gente actúa de dos maneras ahora. Unos corren por las calles tomando lo que pueden, que no creen en nada más que en el fin del mundo. Y están los otros: granjeros que ordeñan a sus vacas, soldados que se reportan a su labor, los que creen que la vida debe continuar de alguna manera. O que simplemente no saben qué más hacer.
La gente se prepara para lo peor. Pero esperan lo mejor. Se concentran en las cosas que de verdad les importan. Todas lo que está más allá de las grasas y la harina. Buscar el contacto con el otro, con lo que de verdad amamos, lo verdaderamente importante de sentir el calido abrazo, la tierna carica, sentir...

Y así es como la oscuridad descendió sobre el mundo.
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Ahora está oscuro. Pero sienten el aliento del otro. Y saben todo lo que necesitan saber. Se besan. Y sienten las lágrimas del otro en sus mejillas. Y si quedara alguien que pudiera verlos, se verían como amantes normales. Acariciándose los rostros. Con los cuerpos juntos. Ojos cerrados. Ajenos al mundo a su alrededor. Porque así es como la vida continúa. Simplemente así...

lunes, 27 de agosto de 2012

Chaquetas mentales....


Anota la aventura en una libretita que te quepa en el bolsillo. En unos  años, cuando te salga la primera cana, tendras buenos argumentos para comenzar a envejecer tranquilo...
Los celos. Ese ingrediente caprichoso del amor que suele colarse por la puerta de entrada sin aviso, sin modales y que, sin ser bienvenido, se pasea por la sala con la suela de los zapatos embarrados, y una enorme maleta cargada de dudas. Celos que se apropian de nuestra cordura y nos transforman en paranoicos habitantes de un lugar inhóspito.

Celos que convierten nuestros hábitos en procedimientos, y nuestras mejores ideas en conspiratorias teorías. La mera sospecha de que la persona amada podría sernos infiel es la chispa que enciende en nuestro interior la mecha de la conjetura. Conjetura que, con el pasar del tiempo, puede llegar a devorarnos de un solo bocado.

Lo que a simple vista pareciera ser una simple búsqueda de comprobaciones que desechen la fantasía de la infidelidad, puede devenir en una nueva y arriesgada costumbre que implique actitudes impensadas...

 Una parte de nosotros mismos también se deteriora. Se derrumbra nuestra naturalidad, se consume nuestra confianza, y hasta se vulnera en parte nuestra dignidad. Presos de los celos, perdemos el eje y nos concentramos en nuestra misión de detectives sin bigote ni pipa, convencidos de que el sospechoso podrá ser declarado culpable de un momento a otro.
La imaginación nos redacta argumentos suficientes como para tejer conjeturas hasta el hartazgo, pero no nos regala ni un mínimo pensamiento racional que nos haga abandonar el juego de las adivinanzas.
Y así, sumergida en un torbellino de ansiedades, hipótesis y pesquisas, llena de angustia de solo pensar que no regresaras, que alguien más sintiera tu delgado cuerpo, tu olor a cigarro, me aterre con la absurda idea de no despertar a tu lado y me mortifique más con la absurda idea de ti despertando al lado de alguien más... asi me la pase el mes que no te tuve cerca de mi, que absurda y que pendeja...
Más todo se desvanecio, cuando te ví... Te rocé con mi mano controlando el temblor y me acerqué a tu boca atrapando una docena de suspiros entre los dientes y senti en tu cuerpo mi olor intacto...
 Asi que... rezo tres Ave María jaja!!! Plancho mi autoestima. Destejo conjeturas sin sentido... Y mando a chingar a su madre a esos pinches celos que me acompañaron durante tu ausencia...