
Inicio el domingo despertando entre los tres... Es cada cuerpo un puente que se despliega... Cruzo cada vez a una orilla desconocida y familiar... Cada vez salvando un único abismo... Me reconozco en el olor de sus párpados… Me envuelvo en el aroma de sus mejillas… Me cobijo entre esas 6 piernas que me rodean aún en este cálido verano de cerezas... Vivo en su aliento…sintiéndolos... Tantas manos, sabias... nos descubren para todos los demás
Mi alma se trasforma al contacto de sus dedos. Solando el camino con susurros. Hasta agotar todas nuestras posibilidades.... Reinventamos todos los vacíos en los juegos de ilusiones. Aguardamos a la noche con su enorme embozo. Crecemos como una sombra que deja extenuados todos los espejos. Y detrás del azogue siempre yo. Hay un universo en mi interior al que pueden acceder por todos mis orificios...
Por fin encontré la caricia ansiada... la que cierra el viaje a sus aristas codificando señales en tres dimensiones en una singular y crisálida comunión...
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