Vamos hacerlo entre los cuatro... Vengan a encontrar que la atracción y el amor tiene mas de una cara y tiene un punto de no retorno. Tan cerquita de los poros que hay en la piel... Hay que olvidar que el mundo nos llena alrededor. No lo llamemos perverso, enfermo o sucio, dejemoslo sin nombre... o digamosle lo nuestro... Dejen que complete la invasión de nuestro tiempo... Los minutos que nos demos serán eternos porque jamás serán olvidados... Quemémonos con gusto en la hoguera mas antigua... La que alimentamos con locuras... Estamos uno contra el otro. Midiéndonos se podría decir, pero no en peso o altura. Que implacable es el dolor que descubrimos en estas geografías tan conocidas... Como nos esmeramos en aplacarlo con caricias o con saliva. Seamos los cuatro un cuerpo que se reconoce en roces suaves... Uno sobre uno, sin yin ni yan. Continuemos con lo que somos que aqui en esta gran cama estamos a salvo...
Inicio el domingo despertando entre los tres... Es cada cuerpo un puente que se despliega... Cruzo cada vez a una orilla desconocida y familiar... Cada vez salvando un único abismo... Me reconozco en el olor de sus párpados… Me envuelvo en el aroma de sus mejillas… Me cobijo entre esas 6 piernas que me rodean aún en este cálido verano de cerezas... Vivo en su aliento…sintiéndolos... Tantas manos, sabias... nos descubren para todos los demás
Mi alma se trasforma al contacto de sus dedos. Solando el camino con susurros. Hasta agotar todas nuestras posibilidades.... Reinventamos todos los vacíos en los juegos de ilusiones. Aguardamos a la noche con su enorme embozo. Crecemos como una sombra que deja extenuados todos los espejos. Y detrás del azogue siempre yo. Hay un universo en mi interior al que pueden acceder por todos mis orificios...
Por fin encontré la caricia ansiada... la que cierra el viaje a sus aristas codificando señales en tres dimensiones en una singular y crisálida comunión...
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