sábado, 5 de abril de 2008

Lejos de casa fabricando un hogar



A veces la vida avanza sin esperarte, sin dejarte tiempo para digerir lo que vives en ese instante, y te sientes casi en tercera persona, un espectador pasivo de una película contigo como protagonista... sin haber leído el guión. Cuando sucede esto sientes que corriste una maratón con tus pies moviéndose a metros delante de ti, una vez alcanzada la meta, entras en un estado de coma consciente...pienso que es por eso que los atletas suelen seguir corriendo y disminuyen de a poco su velocidad. Pero en mi caso, siento que el desdoblamiento que sufrí aun no me devuelve el alma al cuerpo, aun sigo por ahí viajando y lo que veo en el espejo es solo la cascara de mi yo... a la vez siento que la piel no me protege del entorno y todo me llega sin filtro. Tanto trate de protegerme de mis propias emociones, evitando quedar a solas con mis pensamientos, tanto evite incluso escuchar musica para no estimular ninguna emocion, pensando que así no sentiría, no extrañaría, no me desconcentraría de mi meta que una vez cruzada la linea final, siento que quiza nada de esto fue real...que quizas fue una realidad imaginaria...
Un viaje ficticio o una vida pasada... Sobre todo, se me complica hilar los hechos, las experiencias, lo ilógico de lo vivido. Aun sigo asimilando las historias y tratando de escribirlas antes que la rutina me las quite, en una niebla de olvido y confusión, porque en los viajes en solitario, el problema es que lo vivido sin ser compartido es como que nunca pasó... y tengo miedo de transformarlo en mi cabeza en algo ajeno, en algo sin contornos y colores deslavados por el olvido de un secreto no compartido... Por eso que me lean los conocidos y los extraños que una vida sin contar, es una vida muerta.



Huir nunca me ha parecido la mejor salida, ya que siempre me parecio muy cobarde, pero de verdad en mi caso fue lo mejor que puede haber hecho, no me puedo llamar cobarde por huir para salvar mi cordura...!!! si es que queda alguna claro esta!!! mi madre me decia que "el gran destino siempre tiene que ser despertado por un gran dolor", el dolor no se ha ido pero el gran destino coquetea descaradamente conmigo.



Tan pequeña tan lejana, tan ajena...
viajera de por vida, sin raíz alguna...
caminando sin dejar huella,
por tierras de color cobre y oro,
mientras absorbo de mi entorno
colores y aromas extranjeros
para transformarlos en recuerdos
y tejer en mi memoria
un cuadro parecido al hogar.
¿Son estas las mismas manos,
con las cuales bajo otros cielos
acaricie principios de eternidades?,
¿
son estas las mismas calles que en otros tiempos
anhelé con fervor,
fundiéndolas con mi presente pasado?.
Sólo yo no soy la misma,
bajo un invierno inclemente,
que parece no tener fin.
Solitaria sombra bajo mis pies,
único signo de realidad irrefutable,
invernando involuntariamente
luchando por inercia,
para no perder de vista
los sueños que me trajeron hasta aquí.
Y un reflejo resguardado tras mil capas de abrigo
me pregunta desde el espejo, cuando abandonare este capullo.
Y si no descubro mis alas,
a pasos gigantes correré por un bosque de sueños
hasta encontrar un rincón florido
donde sentarme bajo un árbol
para finalmente,
encontrar un camino hacia el sol.



Mas no hay que olvidar que es muy peligroso cruzar la puerta de tu casa. Vas hacia el camino y si no cuidas tus pasos… no sabes hasta donde te arrastraran ...






1 comentario:

Morgana dijo...

Santa.
gracias... gracias bella por permitirme leerte y saberte entre letras, me siento tan cerca de ti hoy mas que ayer, y quizás menos que mañana...
te amo!.. siga escribiendo que estare esperando...

MORGANA