miércoles, 8 de mayo de 2013

Tengo un corazón que me causa serios problemas...


Tengo serios problemas con este corazón, mi corazón es de los que se estremecen con el vértigo de los amores fugaces y espiralados. Lee historias a las que siempre les falta una página y adora verme los ojos hinchados  que señalan que por allí pasó una lágrima No sabe latir de otra manera. Desconoce lo que significa pedir permiso para acariciar o para entusiasmarse. Es un maldito necio por Dios, pero me encanta que sea así...
 

Tiene un andar impulsivo y frenético que lo obliga a desoír advertencias y a no considerar las limitaciones ajenas. Será porque a pesar de su ímpetu, con sus propios defectos ya tiene bastante...

Es de los que se recuperan de una temporada en terapia intensiva y salen del hospital con renovadas ganas de volver a enfermarse.
No le interesa si es lunes, o si es tarde. Si hay ropa para lavar o si las plantas están pidiendo agua. Para él siempre es prioridad enloquecer de emoción y tener a mano los zapatos de baile.
Muchas veces sospeché que era dueña de un corazón frágil y amnésico. Otras, de un corazón cobarde.
Hoy confirmo que soy la feliz propietaria de un corazón que no escatima y que es capaz de darlo todo a cambio de esa taquicardia que  le anuncia que esta vivo de nueva cuenta...

Un corazón impulsivo y loco, siempre dispuesto a suicidarse en la asfixia de un abrazo, en la hoguera de nuevos besos o en la emoción de un (especial) encuentro  y/o reencuentro.

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