viernes, 8 de abril de 2011

13 días...









Todas las relaciones que terminan tienen algo en común: el odioso y triste final. Soy de las que desearían profundamente poder saltarse esa parte. Quedarme con el recuerdo de la última mirada y pasar directamente a la etapa del olvido. No tener que oír el temido: "tenemos que hablar", ni someterme a la agonía de una conversación que, desde el inicio, se sabe que va a terminar en un revuelto de lágrimas, excusas y frases sin sentido. Sera porque en mi caso casi siempre digo "No seré yo quien se vaya" y porque NO existe una lista de palabras oportunas para poner fin al amor. Ninguna es suficiente para calmar ese dolor repentino, que crece como una enredadera y que va abrazando cada músculo hasta dejarnos inmóviles. Nadie puede hacernos sentir bien cuando nos dice que ya no nos elige para compartir el día siguiente, ni el que viene después. No hay sinceridad que alcance, ni razón que justifique el desamor para aquél que todavía siente que está amando. Podremos no ser la persona indicada, la que se quedó a mitad de camino, la que no pudo convertirse en el amor de la vida para ese alguien. La que no le quitó el sueño ni le robó todas las sonrisas. Porque por más cierto que sea lo que se diga, sólo nos quedará una certeza en el momento de la despedida: el dolor. Y que pasa cuando la separación se da entre dos personas que se aman y no hay nada que afecte la relación, cuando se tiene que poner tierra de por medio porque no se pueden abandonar los sueños y no puedes hacer que esa persona forme parte de tu sueño porque una parte ya soño y volvio muchos sueños realidad y la otra parte apenas comienza a soñar... carajo ... solo en en dos ocasiones he tenido que separarme de seres a quienes amo profundamente, y es ahi donde confirme que "el amor no lo puede todo", una porque la otra parte no me amo y ahora porque ella tiene tanto camino por delante que no quiero ser un ancla en su vida... y se quedo un sabor completamente amargo. Una oscuridad absolutamente negra. Un agujero extremadamente profundo. Una piedra atascada en la boca del estómago. La monotonía. El inacabable duelo. Y el tiempo consumiéndose en un gotero. Tiene 13 días que se fué... que la deje en el aeropuerto y Deseo que pasen las horas, los días, las semanas hasta recobrar la cordura que me permita entender que el final era inevitable, quizás predecible y hasta conveniente. Que la despedida no es fué mas que un punto y aparte en nuestro historial de amores por venir en el que se enredan algunos amores sin porvenir... Un ensayo con errores y algunos honores. Y unos cuantos finales condenados a convertirse en anécdota cuando las lágrimas se den por vencidas... pero por el momento me siento como un papel mojado, con el animo embarrado en el piso... Llevo casi 2 semanas intentando amigarme con la soledad en varios encuentros de café descafeínado y silencio. Hice una tregua con los impulsos y los miedos. Diseñé laberintos para perderME y tácticas (involuntarias) para perderTE. Escribí las respuestas para las eternas dudas. Las devoré hasta convertirlas en mi propio credo hasta que me di cuenta que se debilitaba mi propio argumento... desde entonces convivo con una sensación olvidada. Salgo a la calle con tu nombre atrapado en mi lengua y paso largo rato ahuyentando las ganas de un grito que exija tu presencia... Lo ahogo como ahogo las palabras que hilvano pero que no convierto en declaración de amor. Declaración de amor....suena raro y cursi para esta vida de tan singular forma de amar... Y por un momento... Ya no quiero ser la heroína de mi inverosímil versión del amor. Quiero llorar desde adentro porque te extraño horrores... tu pelo corto, tus caderas firmes y tu vientre plano... tu cara de niño... Quiero escuchar canciones de amor que digan lo que probablemente nunca pronuncie mi boca... madre Dios tu te convertiste en el ser de las primeras veces... Quiero sentirme miserablemente vulnerable con esta confesión que escribo... Te amo como hacia mucho no amaba a una mujer!!!! Se volvió inevitable pensar que tu presencia trasformo mis horas y arrullo mi corazón. Que tus brazos pudieron asfixiar los fantasmas del pasado y que tu voz fue la mejor canción que escuche.

Que te ame hasta donde tu libertad te lo permitio, y que no soy de las que cortan las alas en nombre del amor... porque esta historia nos duro muy poco... gracias linda con cara de niño...

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